Yo quiero saber

Saludos queridos lectores. Hoy ya casi he terminado de tener deberes, realmente ya no queda mucho por hacer.
Pero hoy me encontré con esta bella reflexión de Michio Kaku. Para quienes no sepan quién es Michio Kaku, es un  físico teórico, estadounidense pero de descendencia nipona. Se destaca por ser un divulgador científico y futurólogo.
Debe ser un mundo muy extraño el no ser científico, ir a través de la vida sin saber -o tal vez sin tomar importancia- acerca de dónde viene al aire, o de dónde vinieron las estrellas de la noche o que tan lejos están de nosotros. Yo quiero saber.

Así que ante esto, sí una persona o un niño les hace una pregunta, simplemente contesten a ella, no saben hasta que punto podrían llegar con solo darles una respuesta.

4 comentarios:

Obierzo dijo...

Hum... en este caso y para contradecir a Michio Kaku, se le podria responder con un refranero castellano que dice asi:

"La curiosidad mato al gato"

Aleks N. dijo...

Pero el gato murió sabiendo, no se conformo con simplemente ir por la vida sin saber o tomar importancia y admitió el riesgo de querer saber.
Hay cosas que tienen que pasar por un sacrificio para ser mejores.

Obierzo dijo...

Pero quien te asegura que lo que estas viendo o aquello que pretendes saber, es cierto? Merece la pena morir por conocer un Error?

Aleks N. dijo...

Mucha gente ha muerto en sacrificio por muchas cosas, han muerto por muchas ideas: religión, política, amor... las ideas apasionan a la gente. Entonces también es admisible el sacrificio por el saber.
En realidad sabemos que hay cosas que son absolutas, empíricamente y otras ya explicadas. Por ejemplo: según Aristóteles existen lugares naturales para cada materia, las piedras al suelo, el aire al cielo. A primera vista es evidente, pero es más profundo que eso. Varios siglos después un hombre llamado Johannes Kepler mediante sus observaciones que originaron los pronunciamientos, leyes, que llevan su apellido que sentaron la teoría de la gravitación universal de Sir Isaac Newton. Un par de siglos después Albert Einstein pondría sobre la mesa esta teoría y la corregiría debido a las observaciones astronómicas que otras personas tiempo atrás habían hecho.
Es decir, tanto Aristóteles, Kepler, Newton y Einstein hablaban de una sola cosa llamada Gravedad y que cada uno mejoro con el paso del tiempo el postulado de su anterior. Este caso especial es lo que nos permite explicar como la Luna se mantiene girando alrededor de la Tierra, como esta da vueltas alrededor del Sol y como las estrellas, como el Sol, se mantienen en su lugar alrededor de sus galaxias y cúmulos estelares. Explica la estabilidad del universo.
Otro ejemplo: la Tierra. Se pensaba que la Tierra era el centro del universo, una idea ptolomeica aceptada hasta que Copernico y Galileo aparecieron y dijeron "no, la Tierra no es el centro del universo, es el Sol". Evidentemente sabemos que ocurrió con Galileo, particularmente murió ciego por ver al Sol y humillado por retar el canon de aquel entonces. Más adelante sabríamos que el Sol no era el centro del universo, sino que era otra estrella en él. Así mismo, no sabemos donde esta el centro del universo, pero sabemos que este se expande. Sí esta es una idea errónea aparecerá alguien con su labor y trabajo para desmentirlo, y continuar hacia adelante.
¿A dónde va todo esto? La ciencia no clasifica erróneo o verdadero hasta que se demuestre lo contrario, al igual que la justicia es un tanto ciega, y mucha gente a muerto en nombre de ella. Muchas veces exige sacrificios, algunos muy crueles.
Pero eso Obierzo, es nuestro espíritu humano, lo que nos hace lo que somos. Más allá de luchar y defender, también pensamos, razonamos, creamos. Somos curiosos y creativos por naturaleza. Es lo que nos ha posicionado en el lugar donde estamos. A pesar de que seamos un tanto tercos, hemos aprendido tanto en este camino como humanidad. Y eso tiene mucho valor.
Así que defender tu idea hasta la muerte no es nada raro en el entorno científico, es más común de lo que parece. ¿Merece la pena morir por algo así? ¡Claro! Aunque más adelante se demuestre como verdadero o erróneo.